¿Un relato imposible o un relato simbólico?
El evangelio empalma
con el del domingo anterior, cuando Jesús envía a los discípulos de misión.
Los apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo
lo que habían hecho y lo que habían enseñado. Él entonces, les dice:
"Venid también vosotros aparte, a un lugar solitario, para descansar un
poco." Pues los que iban y venían eran muchos, y no les quedaba tiempo ni
para comer. Y se fueron en la barca, aparte, a un lugar solitario.
Pero les vieron marcharse y muchos cayeron en cuenta; y
fueron allá corriendo, a pie, de todas las ciudades y llegaron antes que ellos.
Y al desembarcar, vio mucha gente, sintió compasión de ellos, pues estaban como
ovejas que no tienen pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas.
A primera vista se
entiende tan bien que casi da vergüenza comentarlo. Pero hay un detalle
sorprendente e inexplicable: cuando Jesús y los discípulos se montan en la
barca en busca de un lugar solitario, cuenta Marcos que muchos los vieron
marcharse, fueron corriendo y llegaron allí antes que ellos. Escribo estas
líneas en el centro de la bahía de Cádiz, cuya forma y dimensiones me recuerdan
un poco al lago de Galilea. Imagino que Jesús se embarca hacia un lugar
solitario. ¿Es posible que la gente vaya corriendo desde Rota, El Puerto de
Santa María, Puerto Real y llegue antes que la barca a un sitio que nadie sabe
cuál es? Imposible. Esto demuestra que el relato no hay que leerlo desde un
punto de vista meramente histórico (lo que ocurrió aquel día) sino simbólico.
El primer aspecto que subraya Marcos
es el enorme interés de la gente por Jesús. Ya lo ha dicho antes, indicando que
eran tantos los que iban y venían en su busca que no tenían tiempo ni para comer.
Cuando Marcos leyese este texto en su comunidad, le obligaba a preguntarse:
¿sentimos nosotros el mismo interés por Jesús? ¿Vamos corriendo detrás de él, o
preferimos quedarnos cómodamente sentados en casa?
El segundo aspecto es la dedicación
de Jesús a la gente. Cuando se acercan a la orilla y ve a la multitud reunida,
no le dice a Pedro que reme mar adentro y busque otro sitio. Siente compasión
de ellos porque los ve abandonados, como ovejas sin pastor. Si el primer
aspecto sirve de autoexamen a la comunidad, este se dirige a sus responsables.
¿Siento compasión de la gente, o procuro quitarme de en medio cuando me van a
fastidiar mi merecido descanso?
El tercer aspecto, muy importante,
es que Jesús, al sentir compasión, no se dedica a hacer milagros, sino a
enseñar. Y la gente parece satisfecha con eso. El viaje en busca de Jesús ha
merecido la pena.
Pastores malos, pastores buenos, descendiente de David (1ª lectura)
El
texto recoge ideas típicas de mediados del siglo VI a.C., durante el destierro
de Babilonia. Por entonces era frecuente acusar a los reyes, los pastores, de
haberse despreocupado del pueblo y provocar que marchara al destierro.
En
esas circunstancias, los profetas están convencidos de que Dios no abandona a
su pueblo, pero esa esperanza adquiere matices muy distintos. Es frecuente la
idea de que Dios mismo reunirá al pueblo de todos los países donde se encuentra
disperso. ¿Qué ocurrirá después? En unos textos se dice que el mismo Dios será
su rey; en otros se habla de una restauración de la monarquía, con buenos
reyes; en otros, de un rey maravilloso.
El
texto elegido por la liturgia mezcla las dos últimas ideas: en un caso se habla
de “pastores”, en plural; al final, de un descendiente de David que gobernará
rectamente, practicando el derecho y la justicia.
Ay de los pastores que dejan perderse y desparramarse las
ovejas de mis patos! - oráculo de Yahveh-. Pues así dice Yahveh, el Dios de
Israel, tocante a los pastores que apacientan a mi pueblo: Vosotros habéis
dispersado las ovejas mías, las empujasteis y no las atendisteis. Mirad que voy
a pasaros revista por vuestras malas obras- oráculo de Yahveh-. Yo recogeré el
Resto de mis ovejas de todas las tierras a donde las empujé, las haré tornar a
sus estancias, criarán y se multiplicarán. Y pondré al frente de ellas pastores
que las apacienten, y nunca más estarán medrosas ni asustadas, ni faltará
ninguna- oráculo de Yahveh-.
Mirad que días vienen-oráculo de Yahveh- en que suscitaré
a David un Germen justo: reinará un rey prudente, practicará el derecho y la
justicia en la tierra. En sus días estará a salvo en Judá, e Israel y vivirá
seguro. Y este es el nombre con que te llamarán: "Yahveh, justicia
nuestra."
Administrar justicia – enseñar
Ya
que esta lectura se ha elegido por su relación con el evangelio, es importante
advertir que la esperanza política depositada en el descendiente de David, que
administra justicia y practica el derecho, adquiere un matiz muy distinto en
Jesús, que centra su actividad en enseñar.
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